lunes, 21 de abril de 2014

The Sandman: La casa de muñecas

Retomamos los inciertos, vaporosos y surrealistas caminos de Morfeo como ya hicimos con la primera entrega (“Sandman: Preludios y Nocturnos”), esta vez nos adentramos en el segundo tomo de “Sandman: la casa de muñecas”. Ideal para aquellos lectores, que ansiosos de sensaciones, prefieren experimentar un comic en su plenitud. La historia nos hará saltar de historia en historia, por los distintos mundos que pueblan el universo de esta época y anteriores. Todo ello como siempre, rodeado de una psicodelia de colores y formas que hacen de esta saga única.

 

El Rey de los sueños había recuperado su poder no sin antes librar una batalla de ingenio en el infierno y echarle un pulso a la locura. Pero ahora que vuelve a ser el hacedor en su reino, debe establecer de nuevo el orden del mundo onírico.  Antes de ponerse manos a la obra, nos presentará a su hermana Muerte. La segunda de los siete Eternos en aparecer, sonriente y llena de energía, preparada para acompañar a su terreno sin luz a los mortales que perecen.  


 Ambos con ese estilo darkpunk pero tan distintos entre sí: Morfeo, desgastado y sin fuerzas, ha perdido las ganas de retomar su cometido en esta y la otra tierra; Muerte, aquella que se libró de la trampa que condenaría a su hermano, irónicamente llena de vitalidad, celosa de la imagen que se percibe de ella. La mano de consuelo que llega a todos en algún momento, con una sonrisa, para llevarlos al nuevo lugar donde pertenecen.

Mientras recorremos las andanzas del creador de sueños, abordaremos algunas historias cerradas para entender mejor a este ente en su globalidad. Y para ello aparece la historia de amor, de tiempos ancestrales, entre Morfeo y Nada. Lejos de la civilización, con otro rostro y otros rasgos culturales, Sueño se enamoró. 


Pero si el afecto y la lujuria son más fuertes en los Eternos, también lo es así el dolor que les provoca. Un amor imposible que arrasa las barreras oníricas, las leyes de los mundos superiores, y cuyo castigo será peor que ninguno.

Conoceremos un nuevo lado del Señor Morfeo, algo oscuro y vengativo que habita en su interior, alimentando sus acciones. A medio camino entre mago de los sueños y señor de la oscuridad, ni ángel ni demonio. Pero dejare que vosotros, queridos lectores, vayáis conociendo al señor de los sueños poco a poco, en cada página, con cada viñeta, igual que yo.
 
Entrando en la trama principal de este tomo descubrimos que cuatro de las creaciones de Morfeo han escapado de su reino en su ausencia: Bruto y Glob, Campo de Violín y el Corintio. Con el don de manipular las mentes mortales, su presencia en el plano terrenal puede ser nefasta. Si esta amenaza fuera poco la creación de un vórtice puede desencadenar el fin de ambos mundos su Sueño no lo detiene a tiempo.

Pero nuestro señor no es el único interesado en los acontecimientos que puede provocar esa alteración de ensoñaciones. Sus hermanos, Desespero y Deseo, también están al acecho en su peculiar forma de provocar la ira de su familia. El primero, malformado y con una mente cargada de maldad, acompaña a Deseo en sus planes. Un andrógino de ojos felinos, que irradia sexualidad e impureza en cada frase. Ambos tienen en su pasado numerosos encuentros desaventurados con sus hermanos.
 

Y como la capacidad para hilar historias de Gaiman es un prodigio de originalidad, conocemos a Hector Hall, con el honor de ser el tercer Sandman gracias a la inducción de dos creaciones malévolas del mundo onírico (quien además seá Dr. Fate de JSA más adelante) y su esposa Lyta. Sin saberlo, las fuerzas oscuras les han llevado a vivir una fantasia extraña dentro de la mente de un niño, Jed. Este a su vez se encuentra en una situación de maltrato, alejado de su hermana Rose Walker, quien se encuentra ligada al Señor de los Sueños por una cadena de sucesos. Secretos y un extraño futuro unirán sus destinos.
 
 
Pero hasta que ese momento llegue, la búsqueda de Rose le levará a conocer a Corintio, creado por el mismísimo Morfeo para representar la depravación más allá de toda lógica. Con su poder sobre los humanos, ha conseguido reunir y alentar a mentes psicóticas con sed de sangre, dolor y sufrimiento.
Unos números con un ritmo acelerado que te empujan a seguir leyendo para descubrir qué ocurrirá después. Qué extraño camino recorrerás con el laberinto de viñetas, esa composición metamórfica que te envuelve y te arropa para, lejos de ver un sin sentido, impregnarte de una esencia de sueños y realidades. 

Una historia que intercala episodios autoconclusivos para conocer mejor la esencia tras la palidez de Morfeo, una manera de dar fuerza a las acciones que tendrán lugar más adelante. Mirar dentro de las motivaciones que rigen al propio Rey de los sueños, sin dejar de lado su enfrentamiento a un vórtice mortal, a miembros no deseables de su familia, y a la delicadeza y crueldad del ser humano.


Un ejemplo de ese aporte extra que ofrecen los capítulos independientes, es la experiencia de Morfeo en la taberna inglesa de 1389, donde conoce a Hob Gadling. Un viaje con su hermana le inspira una curiosidad insaciable por el hombre, que terminará saciando con un pacto. La inmortalidad para aprender de su evolución, saborear sus fracasos, sus sueños perdidos. Curioso despliegue de épocas y referencias históricas, así como el cambio que se produce en una mente que vive para ver amaneceres totalmente distintos.

Espero que a los lectores no solo les pique el gusanillo, sino que permitan a Sandman introducirse en sus camas cada noche, con el anhelo de las mejores historias transformadas en sueños. Eso es lo que representa esta obra, lo que te transmite. No saber si estás despierto o realmente tu plano astral ha conseguido alcanzar algo más, un lugar con esencia pura que te sumerge en una historia atemporal, adictiva y mágica.

La historia te adormece en un estado de consciencia total, y el trazo surrealista, esperpéntico y, a veces, mareante, de las viñetas, te mantiene despierto, atento a cada cambio, involucrándote en las coloridas páginas cada vez más. El deseo de continuar se mezcla con una curiosidad macabra por saber qué te espera en el próximo capítulo.

Esta serie recoge los números del 8 al 16 de “The Sandman” la serie regular, aunque a veces el primer número ha sido incluido en su predecesor. Cuenta nuevamente (al igual que todo el universo Sandman) con guión de Neil Gaiman, aunque esta vez el dibujo corre a cargo de Mike Dringenberg, Crish Bachalo, y Sam Kieth.

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